Precioso lugar |
Cuando cae el otoño todo da más pereza. Es sinónimo de volver al
tajo, de las rutinas y del "se acabó la fiesta". Esta sensación se
traslada, a su manera, a la naturaleza, que empieza a perder fuelle: el sol se
pone antes, bajan las temperaturas, los árboles pierden sus hojas y las ramas
se desnudan. Sin embargo, esta transición se toma sus semanas y es cuando el
paisaje silvestre nos ofrece uno de los grandes espectáculos de la naturaleza.
Una enorme amalgama de colores inundan los bosques. Amarillos, naranjas, rojos
y marrones brindan el espectáculo del otoño.
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