domingo, 16 de febrero de 2014

Tranquilidad absoluta



Precioso lugar



Cuando cae el otoño todo da más pereza. Es sinónimo de volver al tajo, de las rutinas y del "se acabó la fiesta". Esta sensación se traslada, a su manera, a la naturaleza, que empieza a perder fuelle: el sol se pone antes, bajan las temperaturas, los árboles pierden sus hojas y las ramas se desnudan. Sin embargo, esta transición se toma sus semanas y es cuando el paisaje silvestre nos ofrece uno de los grandes espectáculos de la naturaleza. Una enorme amalgama de colores inundan los bosques. Amarillos, naranjas, rojos y marrones brindan el espectáculo del otoño.

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